Beneficio de la Música en los Niños
La
música está siendo introducida en la educación de los niños en edades
preescolares debido a la importancia que representa en su desarrollo
intelectual, auditivo, sensorial, del habla y motriz.
La
música es un elemento fundamental en esta primera etapa del sistema educativo.
El niño empieza a expresarse de otra manera y es capaz de integrarse
activamente en la sociedad, porque la música le ayuda a lograr autonomía en sus
actividades habituales, asumir el cuidado de sí mismo y del entorno, y ampliar
su mundo de relaciones.
La
música tiene el don de acercar a las personas. El niño que vive en contacto con
la música aprende a convivir de mejor manera con otros niños, estableciendo una
comunicación más armoniosa. A esta edad la música les encanta. Además, les
aporta todos estos beneficios:
1.
Seguridad: Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten
comprendidos al compartir canciones, e inmersos en un clima de ayuda,
colaboración y respeto mutuo.
2.
Aprendizaje: La etapa de la alfabetización del niño se ve más estimulada con la
música. A través de las canciones infantiles, en las que las sílabas son
rimadas y repetitivas, y acompañadas de gestos que se hacen al cantar, el niño
mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Y así,
se alfabetizará de una forma más rápida.
3.
Concentración: La música también es beneficiosa para el niño cuanto al poder de
concentración, además de mejorar su capacidad de aprendizaje en matemáticas. La
música es pura matemática. Además, facilita a los niños el aprendizaje de otros
idiomas, potenciando su memoria.
4.
Expresión corporal: Con la música, la expresión corporal del niño se ve más
estimulada. Utilizan nuevos recursos al adaptar su movimiento corporal a los
ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del
control rítmico de su cuerpo. A través de la música, el niño puede mejorar su
coordinación y combinar una serie de conductas. Túmbale boca arriba y
muéveselos para que pueda bailar mientras que tú le cantas. Le puedes cargar y
abrazar en tu regazo entonando otros ritmos infantiles.
5.
Desarrollo de la Psicomotricidad: Para tocar un instrumento lo primero es
conseguir que suene ya sea soplando, frotando un arco, pulsando una tecla o
rasgando una cuerda. Una vez conseguido esto, el siguiente paso es dar “forma”
al sonido y tocar notas concretas accionando los mecanismos necesarios. Todo
ello mientras se lee la partitura. Un ejercicio de psicomotricidad de lo más
completo.
6.
Competencia de Idiomas: Esa partitura de la que acabamos de hablar contiene
instrucciones precisas sobre el ritmo, la altura, la duración, la velocidad, el
carácter y la técnica precisa para tocar las notas; expresadas solamente con líneas,
puntos, y algún que otro símbolo. Es como aprender a leer otro alfabeto, de la
misma manera que si aprendemos ruso, griego o mandarín. Pero vamos más allá: la
música tiene frases, sintagmas (semifrases) y palabras (motivos) que dan
sentido al discurso musical, un auténtico sistema sintáctico que da coherencia
a la música. Mientras aprenden música mejorarán su aprendizaje en conceptos
propios de las lenguas y las competencias necesarias para aprehenderlas.
7.
Pensamiento Lógico: Especialmente en los primeros cursos -en los que se
asimilan e interiorizan los conceptos básicos de la música-, las matemáticas y
la lógica son fundamentales para comprender e interpretar el ritmo. Por eso,
estudiar música desarrolla el razonamiento lógico-matemático y estructura los
mapas mentales.
8.
Pensamiento múltiple: Además de la psicomotricidad que mencionábamos para tocar
el instrumento, hay que tener en cuenta que las notas deben sonar con la
duración, afinación, intensidad, ritmo e intención que se nos pide en la
partitura. O que nos pide el director. O nuestro compañero de atril. O todos a
la vez.
9.
Sensibilidad artística: Por encima de cualquier requerimiento técnico la música
es un arte. Siendo así, tocar un instrumento desarrolla la creatividad a través
de la experimentación, canaliza la exteriorización de los sentimientos y
fomenta el desarrollo del criterio artístico.
10.
Capacidad de auto escucha y reflexión: Es evidente que para dominar un
instrumento hay que escuchar lo que se está tocando, analizarlo y corregir lo
que sea necesario. Con el tiempo, el hábito de escucharse a uno mismo va más
allá del instrumento y con ello el análisis y la reflexión de lo que nos
decimos a nosotros mismos.
11.
Empatía y habilidades sociales: Además de escucharse a sí mismo, para poder
tocar en grupo es imprescindible escuchar a los demás, por lo que se desarrolla
la empatía. Si el grupo es grande, como una banda o una orquesta, también se
desarrollan las habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás
miembros.
12.
Educación en valores: Tocar con solvencia un instrumento no es fácil ni rápido.
Requiere trabajo constante, esfuerzo y perseverancia; unos valores que la
inmediatez de nuestro acelerado mundo parecen haber olvidado. Al mismo tiempo,
tocando en público deberán superar sus miedos.
13.
Aumento del Autoestima: Los pequeños avances que día a día experimentará serán
una fuente de satisfacción que gratificarán todo el esfuerzo invertido. A medio
plazo el control sobre el instrumento será mayor, con lo que también crecerá la
motivación y el perfeccionismo; al cabo de los años podrá mirar atrás y ver que
ha merecido la pena y todo ha sido posible gracias a sí mismo.
14.
Serán más responsables y cuidadosos: A excepción de los instrumentos más
grandes (piano, órgano, clave, arpa, percusión, contrabajo…), cada estudiante
utiliza su propio instrumento, tanto en el estudio personal como en clase. Los
instrumentos musicales son delicados y por tanto requieren cierto cuidado en su
manipulación y mantenimiento; en otras palabras: un instrumento necesita que
seamos responsables y cuidadosos con él.
15. La
casa será más alegre: Un estudiante repitiendo hasta la saciedad la misma
pieza (que encima suena desafinada) puede llegar a cansar, pero hay que
reconocer que siempre da alegría a la casa.
16.
Queda muy bien en las celebraciones familiares: La escena de los más pequeños
amenizando la velada con sus instrumentos es un clásico. Ellos contentos de
demostrar lo que son capaces de hacer y los mayores babeando de verlo.
Entrañable.
En
definitiva, estudiar música es un ejercicio del más completo, que ayuda a los
más pequeños a desarrollar sus capacidades intelectuales, sociales y personales
mientras se divierten. ¿Qué más se puede pedir?
www.perumusicos.com
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