El brote de la nueva enfermedad coronavirus
(COVID-19) ha causado mucha ansiedad e incertidumbre para todos, incluyendo
niños y adolescentes. Durante tiempos estresantes, sin importar la edad, los
niños están interesados en saber tres cosas básicas:
¿Estoy a salvo?
¿Están ustedes, las personas que cuidan de
mí, a salvo?
¿Cómo esta situación afectará mi vida
diaria?
Como padres y personas a cargo de menores,
necesitamos hablar con nuestros hijos sobre el COVID-19 para abordar estas
preocupaciones. A continuación, se detallan siete consejos sobre cómo
interactuar con niños de todas las edades para ayudarles a mantener la
estabilidad emocional durante la crisis, seguido por una guía de orientación
sobre cómo adaptar conversaciones para niños de diferentes edades.
1. Controle su propia ansiedad
Muchos de nosotros estamos preocupados por
la situación actual, y vivir con incertidumbre no es algo fácil. Sin embargo,
la ansiedad es “contagiosa”. Sus niños podrán percibir que usted está nervioso
aunque intente ocultarlo. Entonces la pregunta es, ¿cómo puede mantener la
calma a pesar de sus propias preocupaciones? Las siguientes son algunas cosas
que le pueden ayudar:
Trate de obtener la información más creíble
que pueda. Enfóquese en información útil basada en hechos y datos reales sobre
el virus. Evite las oleadas de informaciones interminables de los medios
sociales, las cuales pueden estar llenas de informaciones erróneas y de
constantes titulares de noticias de último minuto que como resultado pueden
alimentar más sus preocupaciones. Procure estar al día con los avisos de la
escuela de su hijo, su estado, y su ciudad o comunidad. La ansiedad se contiene
mejor si está familiarizado con las normas de protección personal y de sus
seres queridos, incluyendo el lavado de las manos, la limpieza de superficies,
el uso de desinfectantes, saber si usted o su familia necesitan permanecer
aislados, y qué suministros debe tener en casa en caso de que deba permanecer
en cuarentena.
Hable con personas que le apoyan. Estas
pudiesen ser su pareja, un padre, un amigo, un líder espiritual, u otro adulto
con quien se sienta en confianza.
Cuide su salud física. Duerma bien y haga
ejercicios, y busque otras maneras de reducir la ansiedad, como meditar, hacer
yoga, escuchar música o ver un programa de televisión.
Si su hijo le pregunta si está preocupado,
¡sea honesto! Ellos sabrán si no les está diciendo la verdad. Puede decirles
cosas como: “Sí, estoy preocupado por lo del virus, pero al mismo tiempo sé que
hay formas de prevenir su propagación y cuidar de mi familia en caso de que uno
de nosotros se enferme”.
2. Diríjase a sus hijos y pregúnteles sobre
lo que ellos saben
La mayoría de los niños ya han escuchado
sobre COVID-19, sobre todo los niños y adolescentes en edad escolar. Es posible
que hayan leído cosas en línea, visto algo en la televisión, o escuchado a
amigos o maestros hablar sobre la enfermedad. Otros pudiesen haberle escuchado
a usted hablar del tema. Hay mucha información errónea circulando, así que no
asuma que ellos conocen detalles específicos sobre la situación o que la
información que tienen es correcta. Haga preguntas abiertas, tales como:
¿Qué has escuchado sobre el coronavirus?
¿En dónde te enteraste de eso?
¿Cuáles son tus principales inquietudes o
preocupaciones sobre el tema?
¿Tienes alguna pregunta que pueda ayudarte
a responder?
¿Cómo te sientes con respecto al
coronavirus?
Una vez sepa que información tienen y qué
les preocupa, entonces podrá ayudarles a hacer cualquier aclaración
necesaria.
3. Valide los sentimientos y preocupaciones
de sus hijos
Los niños pueden tener todo tipo de
reacciones al COVID-19. Algunas pudiesen ser razonables, mientras que otras
pudiesen ser exageradas. Por ejemplo, si una abuela está en una residencia para
personas mayores, es posible que ellos hayan escuchado que los adultos mayores
pudiesen enfermarse más que personas más jóvenes y sanas. Es necesario que
usted reconozca esta válida preocupación, pero puede asegurarles que la abuela
tiene la mejor atención médica para controlar la enfermedad. Por otro lado, un
niño pudiese tener miedo de que animales contraerán el virus, tal como una
mascota querida. Una vez más, les exhorto a que tomen estas preocupaciones
seriamente, pero asegúrenles que los perros y gatos no contraen este virus, y
que no hay necesidad de que se preocupen por eso. .
4. Esté disponible para contestar preguntas
y ofrecer nueva información
Es probable que este brote dure mucho
tiempo, por lo que una sola conversación no será suficiente. Al principio, las
reacciones emocionales de su hijo superarán sus preocupaciones y pensamientos.
A medida que el brote continúe y sus hijos obtengan nueva información,
necesitarán hablar de nuevo. Hágales saber que ellos pueden acudir a usted en
cualquier momento con preguntas o inquietudes. También es buena idea apartar un
tiempo específico periódicamente para evaluar como están, ya que es posible que
ellos no acudan a usted con sus temores.
Cuando ponga al día a sus hijos con nueva
información, no asuma que ellos entienden completamente todo lo que les ha
explicado. Pídales que le repitan en sus propias palabras lo que acaban de
escuchar. Esta es una excelente manera de saber si sus hijos entendieron lo que
usted quiso decir.
5. Empodérelos modelando el comportamiento
Una parte importante de la prevención es
lavarse las manos, toser o estornudar en las mangas de sus camisas, limpiar la
nariz con un pañuelo desechable y luego tirarlo a la basura, tratar de mantener
las manos alejadas de la cara, no saludar con las manos o hacer contacto físico
con otras personas, y limpiar superficies con desinfectantes que contengan al
menos un 60% de alcohol.
Asegúrese primeramente de demostrar estos
comportamientos, de modo que sus hijos tengan un buen modelo a seguir. Es una
gran idea que se lave las manos con niños pequeños cantando “Feliz Cumpleaños”
dos veces (unos 20 segundos) para que así sepan qué hacer cuando estén por su
cuenta. Limpiar superficies en familia, después de la cena, ayuda a que todos
se sientan parte del esfuerzo de prevención. Para niños más mayores y
adolescentes, ofrezca alternativas a los saludos de choque de manos abiertas o
de puños, y en su lugar, sugiérales que saluden con un choque ligero de codos,
haciendo como una reverencia con un gesto de doblarse, o usando el saludo
vulcano “vive mucho y prospera” popularizado por el Sr. Spock de la serie Star
Trek. (Este saludo consiste en abrir la palma de la mano, juntar los dedos y
separar en forma de “V” los dedos cordial
anular).
Cuando vea a sus hijos practicar hábitos de
buena higiene, ¡elógielos por ello! Recálqueles que no solamente se están
cuidando a sí mismos, sino que también están ayudando a prevenir la propagación
de gérmenes a otras personas.
6. Ofrézcales tranquilidad
Sus hijos pueden preocuparse sobre cómo sus
padres superarán esta situación. Recuérdeles de otras situaciones en las que se
sintieron indefensos y asustados. A los niños les encantan las historias
familiares, y estas narraciones tienen mucho peso emocional. Intente algo como:
“¿Recuerdas el huracán que tumbó un árbol y cayó en el apartamento?” o
“¿Recuerdas cuando las tuberías estallaron en la casa y nos inundamos?”.
Recuérdeles que usted ha pasado por momentos difíciles en el pasado, y aunque
todos estuvieron angustiados, todos también trabajaron juntos y superaron la
situación. Recordar estos tipos de historias ayuda a toda la familia a forjar
resistencia y esperanza.
7. No culpe a otras personas
En tiempos estresantes, cuando nos sentimos
indefensos, existe una tendencia de culpar a alguien o de tener más temores,
aunque no exista evidencia que prueben estas reacciones. Esto puede crear un
estigma social y puede ser nocivo hacia ciertos grupos de personas – en el caso
de COVID-19, en particular hacia las personas de descendencia asiática, y hacia
personas que han viajado recientemente. Lo último que queremos que hagan
nuestros hijos cuando ocurren hechos aterradores es que culpen a otros, ya sea
que lo hagan de forma intencional o no.
Cuando les pregunte a sus hijos sobre lo que
saben del virus, esté al tanto de escuchar cualquier cosa que digan que
discrimine a un grupo de personas, y hable con ellos sobre eso en la
conversación. Y asegúrese de no reforzar los estereotipos negativos en sus
propias acciones y conversaciones.
By Gene Beresin,
www.perumusicos.com